Acabar con el miedo al futuro. Derrocar al capitalismo.

La lucha de clases es siempre, pero debido a la crisis económica y la pandemia del corona virus, se está volviendo cada vez más abierta. Les riques se están llenando los bolsillos durante la crisis, mientras que nosotres, les asalariades, tenemos que lidiar con salarios bajos, alquileres crecientes y una mayor inflación. El 1 de mayo, nosotres como clase obrera, saldremos a las calles para dejar claro lo que es necesario: ¡la lucha por el socialismo!

Venid con nosotres a las calles el 1 de mayo

En 2021, Alemania tuvo la tasa de inflación más alta desde 1993 con una inflación anual de alrededor del 3%. Sobre todo, los precios de la energía (combustible, calefacción, electricidad) están aumentando. En las últimas rondas de negociación colectiva, sin embargo, los salarios aumentaron en un promedio de solo el 1,7%. Por lo tanto, la inflación resulta en una pérdida de salarios reales. De 1991 a 2019, la productividad aumentó un 79,8 por ciento, mientras que los salarios reales aumentaron solo un 12,3 por ciento. La riqueza generada fluye así principalmente hacia los bolsillos de les capitalistas. Esto es lucha de clases.

Y los ataques del capital van aumentando. En las áreas relacionadas con la producción, es inminente una transformación significante bajo las palabras clave “transición energética” y “digitalización”. Los despidos y cierres de plantas ya se están produciendo y se están preparando aún más. Al mismo tiempo, se está intentando aumentar masivamente la tasa de explotación. Los salarios se mantienen bajos y la presión laboral aumenta. El acuerdo de coalición de semáforo abre la puerta a la suavización de la Ley de Tiempo de Trabajo. El tiempo máximo de trabajo diario y el principio de la jornada de 8 horas están en juego. En Baja Sajonia, el tiempo de trabajo semanal para las empresas en la “infraestructura crítica” se ha incrementado a hasta 60 horas. Las personas no vacunadas ya no reciben el pago continuo de salarios cuando están en cuarentena. Este reglamento también se extenderá a aquelles que no están completamente vacunades. La pandemia se toma aquí como una razón para atacar los logros del movimiento obrero. En otras palabras, la lucha de clases.

El Estado demuestra que es un estado de capital tanto en la lucha contra la pandemia como en el enfrentamiento a la crisis económica. Desde el principio, la máxima prioridad fue el progreso inalterable de la maquinaria de explotación. Cuando era necesario, se garantizaba el mantenimiento de los beneficios con fondos estatales. La carga tenía que ser soportada por les asalariades y les pequeñes autónomes. Ningún gobierno burgués nos ayudará contra la inflación. Esto es particularmente evidente en los precios dramáticamente más caros de la energía. Con medidas como el impuesto al CO2 o el comercio de derechos de emisión, la transición energética se regulará a través del mercado. Esto significa que tenemos que soportar los aumentos de precios, mientras que las corporaciones pueden continuar obteniendo sus miles de millones en ganancias y nuestros medios de vida se destruyen al mismo tiempo. ¡Lo único que ayuda contra esto es la lucha de clases!

Por una perspectiva revolucionaria

Debemos llevar posiciones revolucionarias a las calles, a los sindicatos y a las fábricas. En vista de los desarrollos actuales, esto no solo es necesario, ¡sino también posible! Mientras no se toque la propiedad privada de los medios de producción, una crisis seguirá a otra. Además de la explotación diaria, las consecuencias de la crisis se transmiten a nuestra clase. La asociación social es una mentira, porque la realidad es: clase contra clase. Todos los logros fueron ganados por la fuerza laboral, por las bases y no por la política de poder. Así que nos organizamos y asumimos la lucha.

Venid con nosotres a las calles el 1 de mayo. ¡Por una perspectiva revolucionaria!

 

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